Expediciones Mundo Ártico
Vídeo recomendado
Noticia relevante
Mapa de viajes
Asociación IPGA
Especialistas en Islandia
Este remoto fiordo se encuentra situado al norte del Círculo Polar Ártico en la gran isla de Baffin, Canadá. Durante los 15 días que duró la travesía los expedicionarios pasaron entre otros, al pie del mítico Polar Sun Spire una pared vertical de granito de 1.600 metros de altura con caída directa sobre el mar y que está considerado el acantilado marino más alto de la Tierra.
Otros “pequeñines” por los que pasaron Ingrid y José Manuel, fueron el Beluga Spire, hermano del Polar Sun, el Great Cross Pillar con su característica cruz negra natural que sirve de guía a los Inuit desde tiempos inmemoriales, el Walker Citadel de 1.400 metros de altura y 4 kilómetros de longitud y otros gigantescos acantilados sin nombre que suponen alguno de los retos alpinísticos más serios del planeta.
Cuando los expedicionarios estaban acampados al pie del Beluga Spire, recibieron de madrugada la “visita” de ese caminante solitario que todo el que se adentra en el Ártico teme encontrar, especialmente sí se está durmiendo dentro de un saco y protegido únicamente por la fina tela de una tienda…
Y así se encontraban Ingrid y José Manuel: de noche, en una tienda y durmiendo cuando el oso polar se acercó. Pero no fue este gran carnívoro el que les despertó, sino los insistentes ladridos de “Blacky”, el perro que les había dejado un amigo Inuit de la pequeña población de Kanngiqtugaapik. Saliendo precipitadamente de los sacos de dormir, se abalanzaron al exterior a ver qué ocurría. Y allí estaba. Parado. Inmóvil. Mirando fijamente a los dos humanos y al perro.
Pero no era momento para estar sin moverse. José Manuel agarró el rifle que llevaban para protegerse de un eventual ataque, y al sonido de cargar un cartucho en la recámara el oso, afortunadamente para todos, escapó corriendo hacia la profundidad del fiordo…