El británico Ernest Shackleton fue el líder, entre otras, de una de las expediciones más épicas de lo que conocemos como la edad heroica de la exploración polar. Ni más ni menos que quería cruzar el la Antártida de punta a punta, algo que no se había realizado hasta la fecha, allá en los albores del siglo XX.

Shackleton y su equipo, aunque no consiguieron el objetivo principal de atravesar el continente helado, pudieron regresar todos y cada uno de ellos con vida, en una memorable lucha por la supervivencia.El viaje comenzaría en el barco Endurance, con el que, a través del mar de Weddell, llegarían hasta la bahía Vahsel, pero quedó atrapado en el hielo y, después de quedar a la deriva, finalmente, se hundió.

Ese desastre obligó a los marinos a acampar sobre los hielos flotantes a la espera de alcanzar alguna isla. Pero después de dos meses derivando sobre el hielo a la merced de las corrientes decidieron hacerse a la mar con los pequeños botes salvavidas que habían conseguido salvar del barco.

Tras 5 días de penosa navegación arribaron a la isla Elefante. Estaban a más de 500 Km del lugar donde los hielos se tragaron al Endurance y habían pasado casi 500 días sin tocar tierra firme. Aunque estaban tierra, eso no significaba que estuvieran salvados ni mucho menos. El lugar habitado más cercano estaba a más de 1.300 Km. Y nadie sabía dónde estaban por lo que era prácticamente imposible que una expedición de rescate llegara hasta los expedicionarios.

Así que Shackleton decidió hacerse a la mar con 5 de sus hombres en uno de tres botes que tenían con el objetivo de buscar ayuda para el rescate del resto de la tripulación. El plan era navegar más de 700 millas náuticas (1.300 Km) con ese pequeño bote de 6 metros de eslora llamado James Caird hasta alcanzar las islas Georgia del Sur donde se encontraba una base ballenera.

Después de dos semanas de peligrosa navegación llegaron milagrosamente a ese remoto archipiélago, no sin antes tener que atravesar a pie la isla principal por una ruta jamás antes intentada.

Una vez en la estación ballenera noruega Shackleton organizó el rescate del resto de hombres que se habían quedado en la Isla Elefante. Y así el 30 de agosto de 1916, un barco ballenero británico y un barco de la armada chilena rescataron a los 22 hombres de Shackleton que habían permanecido en aquella ínfima isla en el Océano Antártico.

Las dotes de liderazgo de Shackleton hicieron que una expedición que estaba avocada a la muerte de todos sus integrantes, fuera un ejemplo de supervivencia que puso fin a la época romántica de la exploración polar.

Ahora, esta gran hazaña, puede ser conocida de una forma sencilla y visual, a la par que amena a través de la novela gráfica "Shackleton, Antarctic Odyssey", escrita por Nick Bertozzi (Editorial Mcmillan Publishers).

Puedes adquirir un ejemplar de esta novela en la página web de la editorial en el siguiente enlace: Macmillan Publishers

Créditos: (c) Nick Bertozzi;con permiso de First Second Books.