Expediciones Mundo Ártico
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El 15 de Mayo de 2011 a las 23:40 hora española, el canario José Manuel Naranjo, director de Mundo Ártico, alcanzó con sus tres compañeros australianos, Ward Hunt, la isla más septentrional de Canadá, después de haber esquiado durante 40 días seguidos sobre la banquisa congelada del Océano Ártico desde el Polo Norte Geográfico. Convirtiéndose de esta manera en el primer español, y uno de las pocas personas del mundo, en haber realizado la que se considera una de las expediciones más duras y peligrosas en el planeta.
Los integrantes de la expedición
La expedición estaba integrada, además de José Manuel Naranjo, que iba en calidad de guía y cámara de la expedición, por los australianos Eric Philipps, uno de los mejores expedicionarios polares de la actualidad, por Pat Farmer, un antiguo miembro del parlamento de Australia y ultra-maratoniano de gran prestigio, y por Clark Carter, un explorador con varias travesías árticas inéditas en su haber.
El punto de partida
Los expedicionarios partieron el 6 de Abril de 2011 desde el Polo Norte Geográfico después de haber sido depositados en este mítico punto por un helicóptero de la base derivante rusa Barneo. Durante los 40 días que duró la travesía los miembros de la expedición recorrieron los 800 kilómetros que separan en línea recta el Polo Norte de la costa canadiense arrastrando trineos de más de 100 Kilos de peso. Vídeo de la partida de la expedición.
Mapa, fotos y diaro de la expedición
La expedición fue seguida a diario y en directo por la televisión australiana gracias a las comunicaciones satelitales. En el vínculo diario de expedición puedes ver los mensajes de voz y texto (en inglés), así como algunas fotos y vídeos que enviaron los expedicionarios vía satélite desde el Océano Ártico. También, en dicho vínculo podrás ver el mapa con la ruta de la expedición. Imágenes de la travesía con mayor resolución puedes encontrarlas en este vínculo: fotos
El Océano Ártico: el lugar más accidentado y cambiante del planeta
Pero el Océano Ártico, que está considerado el terreno más cambiante y accidentado del planeta, no permite realizar una travesía rectilínea. La banquisa de este océano helado está compuesta de témpanos flotantes en constante movimiento que crean un verdadero laberinto de hielo lleno de multitud de trampas. Para avanzar sobre este inestable terreno, los expedicionarios usaron técnicas tan dispares como meterse al agua con trajes estancos, usar trineos como puentes flotantes, subirlos con cuerdas en las murallas de hielo, etc.
Los obstáculos
Las interminables zonas de hielo caótico, las infranqueables crestas de presión, los larguísimos canales de aguas libres y los traicioneros témpanos de hielo fino hicieron que los expedicionarios tuvieran que estar constantemente dando vueltas y rodeos para superar a diario decenas, sí no cientos, de estos obstáculos. No es descabellado pensar que los tres australianos y el español tuvieron que esquiar alrededor de unos 1.200 kilómetros antes de pisar suelo canadiense.
Caída en las gélidas aguas del Océano Ártico
Prueba de los peligros que entraña una travesía de esta magnitud están las varias caídas a las gélidas aguas del Océano Ártico que sufrieron los expedicionarios durante la ruta. Una de ellas fue la que le ocurrió a José Manuel mientras estaba filmando el cruce de sus compañeros de un canal de agua con los trineos formando una especie de catamarán.
La "trucha" ártica española
Concentrado en la grabación de la escena, el expedicionario español dio un paso atrás pisando sin querer sobre una capa de hielo fino oculta bajo la nieve, hundiéndose en las gélidas y oscuras aguas de un océano con más de 4.000 metros de profundidad. Afortunadamente sus compañeros le "pescaron" y consiguió salir ileso de la inmersión. A partir de ese momento pasó a ser para los expedicionarios australianos "the Spanish arctic trout" (la trucha ártica española) :) Puedes ver un vídeo de lo ocurrido en este vínculo: jose cae al agua
El frío: ese insoportable compañero...
Pero sin duda, la verdadera dificultad de la travesía no estribaba en el traicionero terreno del Océano Ártico, sino en el terrible y descarnado frío reinante que todo lo domina y que es agravado por la altísima humedad del océano. Así, los primero 25 días de expedición la temperatura nunca subió de los 30º C bajo cero. Y los expedicionarios, en las jornadas más frías, iban incluso produciendo bolitas de hielo dentro de sus manoplas por la transpiración de sus propias manos al agarrar con fuerza los bastones mientras esquiaban.
Todos sufrieron congelaciones
Durante muchos días el viento hizo que la sensación térmica (wind chill factor) que sufrieron los expedicionarios estuviera por debajo de los 50º C bajo cero. Prueba de ello fueron las congelaciones de diversa consideración sufridas por todos los componentes de la expedición en pies, manos, mejillas, narices e incluso labios. Afortunadamente todos se recuperan favorablemente de estas lesiones producidas por el frío reinante.
Correr 80 kms al día - Cruz Roja Australiana, Americana y Canadiense
Aunque la expedición en sí misma es de naturaleza deportiva, en realidad está englobada dentro de un gran proyecto humanitario auspiciado por la Cruz Roja Australiana, Americana y Canadiense. En este proyecto, llamado Pole to Pole Run, Pat Farmer, después de haber finalizado la expedición al Polo Norte correrá 80 kilómetros diarios hasta el Polo Sur, atravesando toda América, con el objetivo de recaudar 100 millones de dólares para programas de ayuda auspiciados por estas 3 organizaciones.
Proyectos humanitarios en los países necesitados
La recaudación irá directamente para reconstrucción de zonas devastadas por desastres naturales, como el terremoto de Haití, para construir pozos y canalizaciones y así llevar agua potable hasta las comunidades del tercer mundo que carecen de este recurso esencial. Y por último, la recaudación benéfica irá también destinada para cuidar de la salud de madres e hijos de las comunidades en desarrollo. Desde aquí te invitamos a entrar en la página de web www.poletopolerun.com y hacer un donativo.
Se cierra un ciclo en la historia de las expediciones polares españolas
Volviendo al tema polar, y a modo de conclusión, con la travesía realizada por José Manuel Naranjo, se cierra un ciclo en la pequeña, pero intensa historia de las expediciones polares españolas, en la que los españoles, finalmente, han atravesado el Océano Ártico al completo. Primero fue el equipo del programa de TVE "Al filo de lo imposible" junto con la EMMOE la que realizaron allá por el año 1999 la travesía con esquís desde Siberia al Polo Norte Geográfico. 12 años después, José Manuel realiza el tramo de Océano Ártico que quedaba: la travesía con esquís desde el Polo Norte Geográfico a Canadá.
Una nueva etapa polar en España
Pero esto no significa que se hayan terminado las opciones de exploración en el Océano Ártico para los españoles. Al contrario, ahora se abre otra emocionante etapa para las expediciones nacionales en la que aún queda por realizar la travesía completa del Océano Ártico, la travesía desde la costa canadiense al Polo Norte, etc. Y aún queda por hacer el "más difícil todavía" que es completar todas esas expediciones en solitario, donde una voluntad de hierro y una mente inquebrantable es requerida.
Fotos: Eric Philips